Escoger un equipo de cómputo trae consigo mirar cada detalle, más cuando entre las opciones existen grandes diferencias que pueden repercutir en desempeño y precio.
El mercado, sin embargo, parece preferir los portátiles. De
hecho, en 2018 a nivel mundial se vendieron 128 millones de portátiles versus
94 millones de equipos de escritorio.
Presentamos esta vez las ventajas de los portátiles y de los
de escritorio para que sea usted quien elija el que mejor le conviene.
Ventajas de los portátiles
La más obvia: que pueden llevarse de un lugar a otro, y eso
significa, por ejemplo, que pueden conectarse y desconectarse a una red de
alimentación externa según las necesidades de quien lo usa y la autonomía del
equipo.
Son muy útiles en contextos laborales cuando se atienden
clientes o se necesita movilidad dentro de la misma oficina. Además, ocupan un
menor espacio. Acá, entonces, hay otra gran ventaja: la oficina va en la
maleta. Y como los hay en varios tamaños y pesos, la portabilidad es la que
manda.
Por otro lado, aunque pueden agregarse, no necesitan
accesorios como mouse, teclado o pantalla, pues viene todo en uno.
Hablando de tamaños, precisamente, la versatilidad hace que
ocupen menos espacio en el lugar de trabajo, dando cabida a otros elementos
indispensables en el escritorio. Además, como no necesitan un monitor externo,
ahorran muchísimo espacio.
Si se necesitan estaciones de trabajo de alto desempeño, una
de las desventajas sería el rendimiento, pues su tamaño reducido juega en
contra a la hora de instalar elementos como el procesador. Sin embargo, esto
también es una ventaja pues eso se compensa con el hecho de que consumen menos
energía porque sus procesadores están orientados al bajo consumo.
Este tipo de equipos son indicados para personas con labores
comerciales, administrativas, estudiantes universitarios y otras que tienen
necesidades básicas en cuando a uso de software.
Ventajas de los equipos de escritorio
La primera ventaja es que ofrecen mayor potencia que un
portátil. De hecho, en algunas ocasiones las mismas referencias de procesador
para portátil y para escritorio son totalmente diferentes: por lo general, las
de los equipos de escritorio barren a las de su homólogo en versión portátil.
Aunque los precios son más o menos similares, la diferencia
se ve en los equipos de gama alta, siendo menos costosos los de escritorio.
Otra gran ventaja es la capacidad, pues los de escritorio
están listos para albergar SDD o HDD en mayor cantidad, por lo que acá tienen
todas las de ganar.
Por otro lado, en un equipo de escritorio se pueden instalar
mucho más dispositivos que en un portátil, en el que una vez agotada su
capacidad interna, deben usarse SSD/HDD externos, que son más caros y lentos.
Una característica que le gusta mucho a los padres de
familia con hijos adolescentes, es que este tipo de equipos esta normalmente
ubicado en una área de la casa donde pueden tener un mejor control sobre el uso
que hacen sus hijos con la tecnología.
Finalmente, un equipo de escritorio es mucho más fácil de
personalizar y mejorar.
Todo lo anterior hace que este tipo de equipos sean los
indicados para personas que no necesitan portabilidad y que, además, buscan
máquinas potentes y de mayor duración en el tiempo. En este caso, se podría
pensar que diseñadores, fotógrafos, creativos, programadores, ingenieros, entre
otros.
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